Iglesia de San Pedro de la Rúa
En 1256 se le otorga el título de Iglesia Mayor de la ciudad. A la iglesia se accede por una escalinata realizada a principios de los años setenta del siglo XX. Destaca el aspecto ascensional que le otorga, no solo su disposición en alto, sino por la verticalidad otorgada por la torre, abierta en su parte inferior por la monumental ventana de tracería gótica.
La portada se data en la primera mitad del siglo XIII presentando trazas de clara influencia árabe, aunque con aportaciones decorativas románicas en un delicado encaje de carácter vegetal, geométrico y figurativo, con arpías, sirena, centauro y grifos.
El interior del edificio presenta formas constructivas que se originan en el último cuarto del siglo XII. De este período es la cabecera del templo formado por tres ábsides a los que se accede mediante una escalinata realizada en 1893 por el cantero estellés Cayetano Echauri. La iglesia se compone de tres naves situándose en la del Evangelio la capilla de San Andrés, construida en 1696 de profusa ornamentación y con un retablo realizado en la segunda mitad del siglo XVIII. El templo está presidido por una efigie de San Pedro que lleva fecha de 1687. Destacan imágenes como la Virgen de la O (XIV) o la Virgen del Rosario, obra de la primera mitad del siglo XVII. Tiene una bella pila bautismal data a finales del siglo XII.
Presenta un hermoso claustro fechado en torno a 1170 del que faltan dos lados destruidos en 1572 tras la demolición del castillo. De primer orden en cuanto a calidad escultórica, sus capiteles acogen varias manos de distintos artistas. Alternan los capiteles elementos historiados de la vida de santos, guerreros, domadores, esfinges, en el ala norte, y en lado occidental todo un bestiario con sirenas, arpías, grifos y motivos vegetales.
Antiguo Palacio de justicia
ImagenAntiguo Palacio de justicia
Se trata del antiguo Palacio de justicia y antiguo Ayuntamiento levantado en el siglo XVIII. A diferencia de los palacios estelleses anteriores, en los que se alterna el sillar y el ladrillo, nos encontramos ante una fábrica labrada en espléndido sillar. De su fachada destaca el volumen escultórico que adquiere la disposición de las columnas, casi exentas y los boceles que flanquean la puerta principal y las ventanas, dando una grácil movilidad.
La fachada remata en un ático que nos habla de la influencia de la zona media Navarra y con un amplio alero. En éste destaca la rica ornamentación de jóvenes desnudos, ligeramente pudorosos que dejan entrever unas formas bellamente esculpidas, con cierta tradición clásica que recupera la esencia del Renacimiento.
En la actualidad es la sede de la Oficina de Turismo y del Centro de Interpretación de Est(r)ella-(L)izarra.
Palacio de los Sancristobal
Estamos ante un palacio mandado edificar probablemente antes de 1540 por don Diego de San Cristóbal Ballesteros Eguía y por su mujer doña María Cruzat y Jaso. El edificio presenta una bella fachada, donde predomina el ladrillo y que destaca por su monumental verticalidad. El primer cuerpo presenta en su lado derecho, una portada de piedra protegida por un alfiz que apea en dos pequeñas ménsulas esculpidas con dos cabezas de hombre. La portada ofrece una rica ornamentación de grutescos. Un blasón ornado por guirnaldas de frutos representa el linaje de los San Cristóbal y Cruzat. Un segundo piso se abre mediante dos balcones flanqueados por semicolumnas abalaustradas sostenidas por pequeños atlantes y terminan en un friso que sostiene un tímpano curvo flanqueado por niños que, a su vez, soportan escudos correiformes de los fundadores del palacio. El friso del balcón de la izquierda narra cuatro de los doce trabajos de Hércules: Hércules luchando con la Hidra de Lerna ayudado por su amigo Yolao, Hércules enfrentado al gigante Anteo, luchando con el león de Nemea y contra el centauro Neso. Sobre los frisos podemos contemplar dos bustos, uno masculino que puede representar a Hércules y otro femenino que pude ser bien Diana, Hebe o Minerva.
Presenta, en su interior, un patio central con dos pisos de desigual altura, con columnas de fuste poligonal y entorchado. Ambos tienen una banda decorativa a modo de capitel con una rica talla de querubines y bustos de hombres, mujeres y angelotes, primorosamente esculpidos y expresados. LA construcción del palacio se ha vinculado con el arte de Gil de Morlanes el joven o con el cantero de Azpeitia, Martín de Oyarzabal, activo en el claustro del monasterio de Irache.
Palacio del gobernador
A diferencia de los edificios de tipo civil de Estella-Lizarra la disposición estructural que prima en este edificio es la horizontal. Se trata de un edificio de acusada sencillez. Con ausencia total de ornamentación escultórica salvo por la presencia de escudos heráldicos. El edificio se concibe sobre un zócalo de piedra, sobre el cual se construye en ladrillo salvo en los enmarques de la ventanas y puerta principal, que se hace en piedra, creando un juego de policromía propio de la arquitectura madrileña de los Austria. Sobre el dintel del balcón, que enmarca el eje principal de la fachada, se ubica entre escudos la fecha de 1613. El marcado acento escurialense del edificio queda resaltado por el patio interior, dividido en do alturas sustentadas por sencillas columnas de tipo toscano.
Iglesia del Santo Sepulcro
Situada en la calle Curtidores dejó de funcionar como parroquia en el año 1881, pasando su mobiliario a ornamentar el interior de otras iglesias como la de San Pedro de la Rúa. Concebida como iglesia de tres naves, sólo la del Evangelio presenta forma semicircular propia de un románico tardío, es decir finales del siglo XII. En el siglo XIV, dentro del estilo gótico, se trató de dar a la iglesia un aspecto más monumental construyendo dos ábsides pentagonales, si bien solo se construyó la de la nave principal y la portada en la nave del Evangelio. Destaca la portada, obra perteneciente a la primera mitad del siglo XIV, inscrita en un estilo gótico de clara influencia francesa. Ésta se concibe como un gran arco de triunfo, con profundo abocinamiento, flanqueada en su parte superior por una galería de arquillos que acogen escultura de bulto redondo de diversa factura. La portada propiamente dicha cuenta con una rica decoración historiada en su tímpano, donde se narra la pasión, muerte y resurrección de Cristo. Este tímpano se divide en tres registros, el primero representa la última cena. En el segundo registro podemos contemplar tres escenas de la Resurrección de Cristo (las tres Marías en el Sepulcro, descenso al Limbo y Cristo resucitado se aparece a María Magdalena). Culminan estos registros con una representación de Cristo en la Cruz. Por encima del tímpano se superpone una banda vertical con una serie de ángeles portando instrumentos de la Pasión.
Santamaría Jus del Castillo
Acogida bajo la advocación de Santa María y Todos los Santos, se alza en un alto de la ladera del Castillo y a la vera del Convento de Santo Domingo, sobre el solar en el que estuvo emplazada la sinagoga judía, que fue cedida por el rey García el Restaurador a catedral de Pamplona en 1145. Se trata de una estructura de una sola nave, compartimentada en tres tramos cubiertos por bóveda de crucería, en cuyas claves se pueden ver motivos figurativos. El ábside construido a finales del siglo XII, presenta cubierta de horno, destacando en su exterior por su pureza románica y la galería de canecillos de rica decoración vegetal. A los pies presenta fachada barroca, añadida en la segunda mitad del siglo XVIII, al igual que la torre de ladrillo.
Iglesia de San Miguel
La fecha más antigua referente a la obra primitiva nos traslada al año 1145. La iglesia actual, de tres naves, pertenece a un románico tardío, del último cuarto del siglo XII, del que destaca su cabecera con triple ábside semicircular. Sobre el crucero se alza una torre construida en ladrillo, obra realizada entre 1710 y 1718. Dos portadas dan acceso al edificio la del lado de la Epístola es muy sencilla. La portada del Evangelio es la auténtica joya de este edificio y del románico tardío español de finales del siglo XII. Se nos muestra como un gran conjunto, formado por cinco columnas a cada lado, sosteniendo capiteles historiados, por encima de los cuales corre una cornisa sobre la cual se levantan arquivoltas, flanqueadas al exterior por una moldura decorada con bestiario y alegorías de vicios, acogiendo un tímpano con Cristo en Majestad.
La iglesia presenta en su interior tres naves cubiertas, las laterales, por bóveda de crucería y la principal, estrellada. Destacan los retablos de Santa Elena de 1406, el retablo mayor, obra barroca llevada a cabo entre los años 1735 y 1745 por José Velaz de Lerín. Otro retablo es el de San Crispín y Crispiniano obra realizada en 1602.
Iglesia de San Juan
Situada en la Plaza de los Fueros, se construyó a finales del siglo XIII sobre un parral propiedad del rey Sancho el Sabio. Del románico inicial solo queda la portada de la nave del Evangelio. Su fachada principal hubo de ser reformada tras el hundimiento en 1846 de la torre campanario. El arquitecto estellés Anselmo Vicuña, diseño la actual portada de estilo neoclásico terminada por Florencio Ansoleaga a principios del siglo XX. La iglesia tiene planta de tres naves con bóveda de crucería simple las laterales y la central con bóveda de cañón con lunetos. La cabecera es poligonal producto de las obras realizadas en el siglo XVI. En el interior destaca la obra del retablo principal realizado por el entallador francés Pierres Picart si bien las esculturas las realizó fray Juan Beauves. El estilo es de transición de la riqueza ornamental del plateresco a la austeridad de las formas del romanismo. Destaca el retablo barroco de Santiago realizado por el estellés Lucas de Mena. La Virgen de las Torchas es una talla mariana del período de transición al gótico chapada en plata (la original fue robada en 1976).
Basílica del Puy
En 1085, en el lugar que ocupa la basílica tuvo la aparición de una imagen que recibió el nombre de Virgen del Puy. La basílica fue patronato real y lo conservaron los reyes de España hasta que en 1895, la reina regente renunció a él en beneficio del obispo de Pamplona. El actual edificio sustituye a otro anterior construido con planta de cruz latina, con cabecera recta, a la que se añadía un pequeño camarín. La basílica que hoy contemplamos, inicia su construcción en 1929 bajo la dirección y proyecto del arquitecto Víctor Eusa. Posteriormente, en 1949, se produjo una remodelación del plano inicial por el mismo arquitecto, culminando la obra el año 1951. El pórtico de entrada y el patio que le precede son del siglo XVIII, en un lado está la Sala de los Generales, porque en ella estuvieron los generales carlistas antes de ser fusilados por el también general carlista Maroto, en 1839. El edificio de formas neogóticas se alza sobre una planta en forma de estrella, evocando el origen de la aparición de la Virgen. Se trata de una imagen sedente, fechada en el último tercio del siglo XIII, realizada en madera y recubierta de plata.
Convento de Santa Clara
Emplazado en el paraje de Los Llanos, extramuros del brugo medieval, existe constancia de su presencia desde finales del siglo XIII, iniciándose las obras actuales en 1635 y dándose por terminadas en 1654 por Juan de Larrañaga. La obra se hizo íntegramente en ladrillo. La iglesia tiene una planta sencilla de cruz latina, crucero bien marcado y cabecera recta. Se cubre por bóveda de cañón con lunetos, en el crucero presenta cúpula sobre pechinas. Las pinturas que ornan sus paredes son obra de Juan Ros de San Miguel y fueron realizadas en 1905. El complejo conventual se organiza en torno a un patio de forma rectangular. En la iglesia destaca el retablo principal, obra realizada por el arquitecto de Pamplona, Juan Barón de Guerendiaín en 1679. Este retablo se halla flanqueado por otros dos sitos en los brazos del crucero y dedicados a la Santísima Trinidad y a la Inmaculada Concepción, ambos barrocos, de comienzos del siglo XVIII.
Convento de concepcionistas recoletas
Las obras del convento se iniciaron según los planos del arquitecto, de origen francés, Santiago Raón, siguiendo el deseo expresado por la Madre María Paula de Jesús Aguirre y Gamarra, natural de Estella, su fundadora y que profesaba en el convento que la orden tenía en la localidad Soriana de Ágreda. El convento estellés, hecho a imitación del de Ágreda, fue inaugurado el 25 de noviembre de 1731, casi cincuenta años después de su inicio. La fachada de la iglesia se dispone en tres cuerpos de altura desigual, rematada por frontón, reproduciendo las formas creadas por el arquitecto carmelita fray Alberto de la Madre de Dios, en la primera mitad del siglo XVII y que obtuvo una amplia difusión a partir de la construcción del convento de la Encarnación en Madrid. La iglesia es de una sola nave de tres tramos con crucero saliente y cabecera recta. La cubierta es de bóveda de cañón con lunetos y media naranja sobre pechinas en el tramo central del crucero. La decoración interior se realiza mediante retablos con formas del barroco tardío, como el dedicado a la Virgen del Pilar, labrado en 1730 por Lucas de Mena o el de San Antonio. Más moderno, de estilo neogótico, es el de San Miguel, si bien la imagen del arcángel que alberga en su hornacina principal, es del siglo XVIII. El retablo que ocupa la cabecera procede de la iglesia de San Pedro de Lizarr y es obra del taller estellés de la familia de los Imberto, artistas que trabajaron en la segunda mitad del siglo XVI y primera del XVII.
Casa consistorial
Construida a comienzos del siglo XX en un estilo ecléctico, se alza sobre lo que fue el antiguo solar donde se ubicó el convento de San Francisco, cuya fundación se atribuye al rey Teobaldo II. Durante la tercera guerra carlista se convirtió en un fuerte militar defendido por las tropas liberales y conquistado por el general carlista Dorregaray, el 25 de agosto de 1873, con la presencia de don Carlos. Arruinado por las minas, quemado y arrasado, sobre su solar se levantaron Escuelas Municipales y el actual Ayuntamiento.
Basílica de nuestra Señora de Rocamador
Situada a la salida de la puerta de Castilla, en el camino hacia Irache, era lugar de paso obligatorio para los peregrinos que se dirigían hacia Compostela. Al igual que otras iglesias estellesas su construcción se remonta a finales del siglo XII o principios del XIII. De esta época solo queda la cabecera semicircular, precedida de un tramo recto recubierto con bóveda de cañón. El resto es producto de la ampliación barroca realizada alrededor del año 1691. La fachada de la iglesia sigue la disposición propia de las iglesias conventuales, primando la verticalidad. En un nicho de esta se encuentra una escultura pétrea de la Virgen con el Niño en su brazo derecho, de traza barroca que curiosamente será la protagonista del milagro del ahorcado. En el interior de la iglesia destaca la talla de Nuestra Señora de Rocamador datable a finales del siglo XII.
Palacio de los Reyes de Navarra
Conocido también como Palacio de los Duques de Granada de Ega desde el siglo XVIII, es la mejor muestra del románico civil de Navarra. Bello edificio construido en la segunda mitad del siglo XII organiza su fachada principal en dos pisos construidos con buena sillería. El cuerpo inferior, a nivel de calle, se abre por medio de cuatro ámplias arcadas, enmarcadas por columnas adosadas al muro con decoración en los capiteles de tipo vegetal e historiado. En el lado izquierdo de la misma se disponen unas figuras de formas estilizadas que narran un episodio de la lucha entre el paladín de Carlomagno, Roldán y el gigante Ferragut. Las letras en el ábaco identifican a los personajes, «Pheragut», «Rollan», «Martinus me fecit», «de Logroño», siendo Martinus el artista que llevó a cabo su realizacción. El segundo piso está abierto por una galería que crea un gracil ritmo de vacíos. También se encuentra flanqueado por semicolumnas siendo el capitel del lado derecho figurativo, con escenas relacionadas con el pecado de la soberbia, avaricia y lujuria, utilizando elementos de la fabulística oriental. Todo el conjunto culmina hacia la plaza de san Martín con un tercer piso, una galería compuesta en ladrillo, con arquería de arcos doblados, realizada en el siglo XVIII. Desde mediados del siglo XIX hasta 1951 fue cárcel del Partido Judicial de Estella. Desde 1991 está condicionado como Museo, albergando en sus salas el legado pictórico de Gustavo de Maeztu (1887-1947).
Juderías de Estella-Lizarra
La judería de Elgacena se encontraba al abrigo de los castillos de Zalatambor y Belmecher, en un entorno lleno de belleza definido por las curvas del río Ega y por las alturas de Montejurra, Peñaguda, Santa Bárbara, Belástegui y la Cruz de los Castillos.
Hoy en día, la calle de Elgacena recuerda el nombre que tuvo este primitivo barrio judío de Estella. En el año 1135 la judería estaba ya abandonada, y este espacio fue donado a los barones de Estella por el rey de Pamplona García Ramírez el Restaurador. En el año 1145 la corona donó al obispo de Pamplona la antigua sinagoga para que construyese una iglesia dedicada a Santa María y a Todos los Santos. Hoy es la iglesia de Santa María Jus del Castillo.
La comunidad judía abandonó la vieja judería de Elgacena en la primera mitad del siglo XII y se instaló bajo la colina donde en el último cuarto del siglo XIII se construiría el castillo de Belmecher. La Judería Nueva se hallaba delimitada por una muralla en sus lados Este, Sur y Oeste, donde se encontraba con los muros del castillo de Belmecher. Por el lado Norte, la judería era vecina de las huertas del convento de Santo Domingo.
La judería incluía, además de las viviendas de la población, las instalaciones comunes de todas las juderías: el horno, la carnicería, los baños, el molino, una tintorería y un trujal. Como cualquier otra comunidad judía, debería contar asimismo con una sinagoga y sus instalaciones anejas. Ninguno de estos edificios ha sido localizado en la actualidad. Sí que conserva restos de una torre, dotada de dos aspilleras defensivas, junto a la que se abre una puerta para acceder a la judería. Las excavaciones arqueológicas en curso llevadas a cabo en el interior de este barrio han permitido recuperar testimonios constructivos y de cultura material de dicha aljama. De ellos parece deducirse que su trazado urbano se hallaba adaptado a la ladera, con las viviendas situadas en líneas paralelas y sobre terrazas.