Casa Cárcel

Sala de exposiciones casa la carcelEl origen del monumento hay que situarlo a principios del siglo XVII (1604) aunque se reformó en el siglo XVIII en el reinado de Felipe V. De este monarca borbónico podemos contemplar un escudo en la fachada del edificio. Se trata del escudo de Castilla y León al que rodea el toisón de oro. También en su fachada contemplamos un friso de cobre repugado, del escultor molinense Pepe Yagües, que conmemora el IV centenario de la publicación del Quijote.

Su última reforma fue en los años 80 del siglo XX, por el arquitecto Manuel Sánchez Varas. Es cuando se le dota de su aspecto actual. Está dividido en 3 plantas. La planta baja es la que guarda mejor el aire dieciochesco con paredes de sillarejo combinadas con ladrillo macizo. Los techos están recubiertos de cúpulas de crucería también de ladrillo, sostenidas por 4 grandes pilares en el centro de la sala. Este espacio es uno de los utilizados en el municipio para exposiciones. La primera planta se destina a biblioteca con el nombre de Mercedes Mendoza.

El monumento se encuentra en la calle Cervantes en la ampliación que en época moderna (XVII_XVIII) se realizó hacia el carril de Castilla, actual calle Mayor, con la idea de ampliar la villa en la zona extramuros.

Ha tenido varios usos, el primero fue el de cárcel más tarde, en el XVIII, fue almacén regulador del trigo para el abasto de la población y el grano para semillas. En 1845 se destinó a Archivo, porque la Casa Lonja del Castillo, estaba en estado ruinoso. En 1909 fue escuela pública y acabó, antes del uso actual, como almacén municipal.

Casa Posito. Biblioteca Mercedes Mendoza

Tiene su origen en el siglo XVII (1604), como pósito (almacén regulador del trigo para el abasto de la población y el grano para semillas). Con el paso del tiempo también sirvió de Cárcel, de almacén municipal, terminando tras su restauración en los años 80 del siglo XX, como sala de exposiciones y biblioteca pública llamada recientemente Mercedes Mendoza. La restauración la llevó a cabo en arquitecto Manuel Sánchez Varas.

Molino de la puerta de la villa o de la villa

Es uno de los numerosos molinos que sobre las acequias molinenses existían.

Según el erudito D. Manuel Arnaldos Pérez, el 25 de junio de 1767 se le concede licencia a D. José Antonio López de Oliver para la instalación de un molino en la Puerta de la Villa. La confirmación del Supremo Consejo de Castilla tiene fecha del 28 de julio de 1767. Se sabe que tenía un escudo nobiliario en su fachada.

Es un molino hidráulico, que, aprovechando la fuerza del agua de la acequia mayor de Molina, mueve por turbina las piedras que muelen el grano de trigo para producir harina y la cáscara de pimiento para fabricar pimentón. Actualmente está en desuso, aunque conserva su maquinaria. Su nombre da idea de la existencia de una puerta de las murallas en sus inmediaciones.

Casa Torre Anita

Es una casa ajardinada situada en la plaza de la Inmaculada.

Fue construida por el arquitecto murciano Pedro Cerdán Martínez en 1940. El autor, muy reconocido en su tiempo, fue también el arquitecto de numerosos edificios en la región de Murcia como la Convalecencia, hoy sede de la rectoría de la Universidad de Murcia y antigua casa de los curas, el Museo de Bellas Artes de la capital, el Mercado Público de la Unión, sede actual del Festival Nacional del Cante de la Minas, la Casa del Piñón (1902) o el Liceo Obrero de la Unión.

El conjunto está formado por el jardín y el edificio.

En el jardín destacan su rejería exterior de hierro forjado y de elaboración artesanal, así como la vegetación de porte arbóreo y varios ejemplares de palmera datilera.

El interior de la casa está dividido en varios niveles: Un sótano bajo rasante con varias estancias, la planta baja, con diversas habitaciones, un primer piso y una torre.

En la planta baja, las estancias más interesantes son las que se encuentran a la derecha de la entrada, donde contamos con 3 pinturas murales de Luís Garay, a modo de ventana que representan flores y jarras con motivos vegetales y el salón principal. En este salón principal encontramos otra pintura de Luís Garay. Es un gran lienzo colocado en el techo de la estancia y dividido en varias partes representando figuras femeninas.

Destacan también en esta planta baja los suelos de losa hidráulica que dibujan diferentes ajedrezados y dibujos geométricos bastante interesantes.

En el primer piso se encuentran los dormitorios familiares. La habitación más interesante es la de matrimonio donde hay que destacar los muebles de claro estilo art deco de principios del siglo XX.

Para subir a la primera planta se utiliza una escalera con rejería forjada artesanalmente y un pasamanos de madera rematado en una cabeza de carácter zoomorfo.

Desde este primer piso se accede a través de unas escaleras a la torre de forma cuadrangular y que constituye uno de los elementos más singulares del edificio.

En el exterior de la edificación hay que resaltar los azulejos policromados que adornan los aleros de los tejados además de los adornos en ladrillo visto que recorren parte de sus paredes.

Además, la edificación está coronada por una veleta en hierro forjado que representa a un águila con las alas extendidas.

También destacan en el exterior dos relojes de sol uno en la terraza del primer piso tallado en mármol y otro en la planta baja sobre un pequeño azulejo policromado.

Algunas de las esquinas del edificio están adornadas con pequeños farolillos de latón.

La muralla medieval

Se han restaurado recientemente diversos tramos de muralla que podemos contemplar en el interior del Centro de Visitantes y Oficina de Turismo de la calle Pensionista y ver en el Museo del Enclave Muralla (MUdEM).

Todos estos restos pertenecen a la muralla medieval de Molina con una cronología de entre el siglo XI al XIII d. Cr. En los del Museo del Enclave Muralla (MUdEM) destacamos 125 m. de muralla, 6 torres, una de ellas única de nueva lados y la puerta norte de la cerca. Esta última un ejemplar muy interesante de triple codo. Otro elemento a destacar es parte del foso que puede observarse con 7 metros de longitud y 3 de profundidad.

Ermita Santo Sepulcro
Según testimonio antiguo que se encuentra en el archivo de D. Manuel Arnaldos, erudito local, en donde hoy se encuentra la actual ermita del Santo Sepulcro se encontró la antiquísima de S. Roque (hoy en el barrio de su nombre). En los libros de fábrica de la Parroquia se le llama de tres formas: Virgen de la Cabeza y San Roque, Caridad y San Roque o solo San Roque. Esta ermita que ahora contemplamos sustituye a otra mucho más pequeña compuesta por una sola habitación y de traza muy popular donde ya se exponía la imagen del Santo Sepulcro. En la antigua existía decoración pintada de traza popular que aparecieron a la construcción de la actual y que se amortizaron con la nueva obra.

La obra cuenta con una pequeña capilla, en el espacio de la antigua, para albergar las imágenes del Santo Sepulcro y la Soledad, obras de Bernabé Gil Riquelme, el Chinarroso, y una pieza mucho más grande donde se guardan los pasos de la procesión del viernes santo y sirve de sede a la cofradía. La fachada sencilla, es de ladrillo macizo con una pequeña espadaña sobre la parte más pequeña que corresponde a la ermita antigua.

Iglesia de Ntra. Sra. de la Asunción

Es la iglesia primigenia de la población heredera de la que antiguamente existía en lo alto del Barrio del Castillo y que debió ser una antigua mezquita.

La Iglesia parroquial de Ntra. Sra. de la Asunción, en el centro de la población, fue inaugurada en 1765. Dentro de una gran sencillez de líneas, guarda en su interior un dedo-reliquia del patrón de Molina, san Vicente mártir; imágenes religiosas del molinense Bernabé Gil, escultor galardonado en los años 40 y 50; frescos de Muñoz Barberán y Luis Garay; una custodia singular del napolitano Carlos Zayadatti, de finales del siglo XVIII (1792), y otros trabajos de autores contemporáneos. Dispone de un archivo que se inició en 1560. En 1983 fue declarada monumento histórico-artístico nacional. En una placita anexa, por la entrada sur de la iglesia, encontramos el denominado cine parroquial donde se proyectaban películas antiguamente y tenía su sede la emisora parroquial de radio.

El horno del concejo

Se trata de un edificio del siglo XVII-XVIII que sirvió para la cocción del pan y otras elaboraciones culinarias de la población. Tenemos noticias de él desde al menos el siglo XV. Hoy tras su restauración por la Escuela Taller y la musealización por la Concejalía de Cultura, se ha convertido en el MUSEO DEL HORNO DEL CONCEJO + CASA DEL FOLCLORE donde, con técnicas muy interactivas, se enseña todo lo relacionado con el pan a lo largo de la historia. Destaca la gran cúpula de ladrillo macizo que forma parte del horno de tipo moruno embutido en la estructura del edificio. También en el mismo edificio se ofrece una pincelada del folclore local destacando los trajes de los hermanos graciosos que con sus vestimentas coloristas participan en el baile de pujas del día de los inocentes.

Casa del Canónigo

Data del siglo XIX y perteneció a los hermanos Mérida Pérez, ambos canónigos y originarios de Cieza.

Jesús Mérida Pérez, fue rector de la Universidad de Murcia y obispo de Astorga.

Se trata de una vivienda de recreo dentro de una finca de frutales. Destaca su torreón lateral con un reloj con campana. El segundo piso del cuerpo de la casa se encuentra rodeado por ventanales de medio punto que proporcionan a la estancia una luminosidad y vistas extraordinarias. La puerta principal cuenta con dos columnas laterales estriadas que la enmarcan. Posee escudo de armas.

También es significativo su paseo bordeado de palmeras que da acceso a la puerta principal desde la verja que cierra la finca.

Noria de la Compañía

Noria de 1750

La noria original estaba situada sobre la acequia Subirana. Fue instalada por los jesuitas en 1750. Regaba los huertos de su propiedad. El emplazamiento actual, en pleno Parque de la Compañía, no es el original, aunque sí cercano. Fue trasladada en la construcción del parque.

Su recuperación se produjo por parte de la Escuela Taller Municipal. Se rescataron los radios y gran parte de la estructura metálica original. A ello se añadieron toda la estructura de madera desaparecida.

La noria regaba a través de un acueducto tanto los huertos de la Casa Compañía como tierras cercanas del paraje denominado La Punta del Lugar.

La Noria hidráulica del Museo Etnográfico Carlos Soriano de Molina de Segura

El artilugio de elevación de aguas dedicadas al riego, conocido como Noria de Don Carlos Soriano, es uno de los múltiples ejemplares de este tipo desperdigados por la Huerta de Murcia, formando un patrimonio etnológico de orígenes remotos.

Se encuentra en la pedanía del Llano de Molina en la carretera Molina-Lorquí, en la ribera del río Segura y a 3,5 Km de Molina de Segura.

La noria forma parte del conjunto museístico “Museo Etnográfico Carlos Soriano” compuesto por el museo, una ermita anexa y la propia noria.

El origen se remonta a últimos del s. XVIII, época en que se amplían los regadíos en toda la cuenca del Segura. En el siglo XIX (1875) es cuando D. Joaquín Portillo vende todas sus propiedades del Llano a D. Carlos Soriano incluyendo la noria de madera de la que hablamos.

La noria tipológicamente podemos definirla como rueda de corriente que aprovechando la fuerza motriz generada por una corriente de agua, sirve para elevar parte de dicha corriente a un plano superior y por tanto regar tierras más altas. El sistema comienza en el azud de las minas de la Algaida que deriva las aguas del río por la acequia Subirana, llevándolas al pie de la noria. Las aguas elevadas pasan por un acueducto para regar parte de las tierras del Llano.

La estructura de la noria se asienta sobre obra de mampostería y sillería.

Es un ejemplar de los de doble caño, con un diámetro de 8,12 m y una anchura de 1,10 m. Cada aro tiene 48 cangilones. El resto está formado por 36 palas y 12 radios. Su rendimiento es aproximadamente de 42 litros por segundo.

En el año 2008 fue restaurada siguiendo su estructura original.

En su origen y tal como se ha restaurado, debió ser de madera que a lo largo del siglo XX sería sustituida por hierro. En el caso de la noria del Llano, su última restauración llegó a hacerse desafortunadamente de fibra de vidrio. La noria que ahora se puede contemplar es de acero y madera para un mayor rendimiento y durabilidad.