El segundo fin de semana de noviembre, Andorra vuelve al siglo II A.C., y se convierte en un auténtico poblado íbero. La feria íbera surge como un revulsivo comercial, pero sin saberlo y ya en su inicio se convierte en una puesta en valor de su patrimonio y de su historia.
El fin de semana del 10 al 12 de noviembre, la población de Andorra, los ositanos, volverán a vivir organizados en clanes, cada uno de los cuales cuenta en su organización interna con distintos roles como son, el príncipe, la sacerdotisa, el sabio, guerreros, agricultores….
Cada clan está representado por un animal: ciervo, cabra, búho, buitre, caballo, jabalí, lince, lobo y toro, además de por una centuria romana, que representará la rivalidad de estos dos pueblos y su lucha por sobrevivir durante esta parte de la historia.
Entre todos forman una gran tribu que aglutina unas 1.500 personas que con sus vestimentas complementan la feria comercial.
Una manifestación histórica que involucra a toda la población, organizada en estos clanes, que ya va por su IX Edición y que recientemente se ha decidido postular para solicitar la Declaración de Fiesta de Interés Turístico Regional.