Iglesia San Juan Bautista

Su construcción original se remonta al siglo XII, aunque diversas reformas han cambiado la planta inicial, como la llevada a cabo a principios del siglo XVI, en la que se añadió una nave al norte y se alargó la fachada de poniente. La iglesia se encuadra dentro del estilo románico, alternando en este caso diferentes materiales de construcción: piedra en la torre y capillas interiores y ladrillo en portadas y contrafuertes.Fue parroquia hasta 1843, año en que fue cerrada al culto, pasando su archivo y parte de sus imágenes a la Iglesia de Santa María.

Se utilizó como granero y almacén agrícola por una familia de particulares que la adquirió durante bastantes años, sufriendo un grave deterioro que llevó incluso al hundimiento de la techumbre, tras una descarga eléctrica en 1958. Posteriormente fue adquirida por el Ayuntamiento a la familia Ruano Revuelta, iniciándose su restauración por la Junta de Castilla y León en 1989. Actualmente alberga el Aula Arqueológica.

La iglesia poseía una única nave en un principio, con un presbiterio sin ábside rematado por un testero plano. La torre del lado sur se construyó sobre una capilla cuadrada que posee una primitiva bóveda nervada de cuatro paños. En el siglo XVI, como hemos señalado, se realizó una ampliación del edificio románico, añadiéndose la nave lateral norte a la principal, rematándose mediante dos arcos apuntados de ladrillo de considerable luz y grosor.

En esa misma reforma se levantó una capilla cubierta con bóveda estrellada de nervios tardogotica junto al presbiterio, uniéndose a éste mediante robustos arcos de ladrillo ojivales. La nave original también fue ampliada en su longitud hacia el oeste. Por último, se elevó toda la cabecera de la iglesia, aunque las bóvedas fueron cubiertas en el barroco, creándose también un coro con estructura de madera hoy desaparecido.

La torre de la iglesia de San Juan Bautista representa un buen ejemplo del románico segoviano. De forma cuadrada, está construida a base de mampostería, excepto las esquinas y el último cuerpo de campanas, donde se utilizó sillería a base de piedra caliza (parte de las esquinas llevan ladrillo, por arreglos posteriores), posee dos grandes ventanales por cara, de medio punto, abocelados sobre columna con capitel sencillo, llevan también chambrana y se cobijan bajo alfiz. Una línea de imposta divide en dos mitades este cuerpo, que se remata con cornisa de piedra y baquetones en las esquinas. La torre lleva adosada en el lado oeste un pequeño cuerpo semicilíndrico que aloja la escalera de caracol que da acceso al campanario.

Las dos portadas que dan acceso a la iglesia están una en el lado norte (la puerta principal) y otra situada al sur o puerta del mediodía, construidas en ladrillo de sobria factura con un gran alfiz que se desarrolla en arcadas de medio punto abocinadas. La fachada norte muestra una decoración más reciente a base de esgrafiados con motivos geométricos e incrustaciones de escorias.

Desde 1982 es Monumento Histórico Artístico y por Decreto de 11 de marzo de 1993 de la Junta de Castilla y León, fue declarada Bien de Interés Cultural (B.I.C.) con la categoría de Monumento.

Iglesia de Santa María

Situada en la Plaza Mayor del Sínodo. En la actualidad es la única iglesia parroquial del municipio de Aguilafuente, y en su archivo unificado, se encuentra la documentación que perteneciera a la antigua parroquia de la Iglesia de San Juan Bautista. Su construcción data del siglo XII, presentando diversos estilos, desde el románico de ladrillo en el ábside y torre, pasando por el gótico del siglo XV en las portadas y barroco en el interior de las naves. Este templo, de grandes dimensiones y esbelta torre, cuenta en la actualidad con tres naves, aunque en su estructura originaria al parecer eran dos. La nave central con bello ábside, es un magnífico exponente del románico mudéjar en la provincia, sus arcos y ventanales de ladrillo y su laboriosa cornisa conjugan la vistosidad y armonía mostrando una gran obra arquitectónica.

Con la llegada del nuevo estilo gótico a partir del siglo XIII, al parecer más atractivo, se plasmó su influencia en forma de numerosas modificaciones. De ese modo se cree que fue entonces cuando se amplió la nave central, alargándola, y sobre ella se instaló la tribuna sostenida en un arco rebajado; en el fondo de la nave se colocó un rosetón de grandes dimensiones, se añadió una nueva nave y se fabricaron las dos puertas de salida al exterior dentro del estilo gótico florido característico del siglo XV. Las dos puertas de estilo, situadas la principal al sur y la otra al oeste (tapiada actualmente), tienen un bello alfiz; la primera muestra esculturas de la Anunciación de la Virgen y la situada al poniente, frente al palacio, posee el escudo de la villa. Con posterioridad la puerta situada al oeste fue cerrada y se abrió una nueva, al norte, más sencilla. La fachada principal y parte de la torre conserva esgrafiado de distintos motivos geométricos, muy al estilo segoviano.

En esta iglesia parroquial se celebró en 1472 un Sínodo diocesano presidido por el obispo Arias Dávila y las conclusiones del mismo fueron reflejadas por primera vez en un libro conocido como el Sinodal de Aguilafuente, el primer libro impreso de España por el impresor alemán Juan Parix.

Ermita del Santo Cristo de la Peña

La construcción de este edificio religioso tuvo su origen posiblemente antes del siglo XVI, siendo conocida desde entonces como Santo Cristo del Humilladero, advocación que perduró hasta comienzos del siglo XIX, en que pasó a tener su denominación actual: Santo Cristo de la Peña.

Se trata de la única ermita que ha llegado hasta nuestros días de las tres con las que contaba originalmente la villa de Aguilafuente. Las otras dos eran la de Santa Lucía (llamada antes de San Mamés), a la izquierda de la carretera de Turégano; y la ermita de San Cristóbal, ubicada en un promontorio a la izquierda de la carretera de Aldea Real.

El edificio es de planta rectangular y está fabricado en piedra de sillería y mampostería, constando de una sola nave rematada con un ábside poligonal. La portada principal, al oeste, posee un pórtico de dos columnas, así como una pequeña espadaña. Ya en el interior, preside el altar un retablo y la imagen del Santo Cristo de la Peña, talla barroca realizada por Francisco Santos de Prado en el año 1677, siendo reformada posteriormente en 1711.

Palacio y Arco del Marqués de Aguilafuente

Se trata de los restos que han llegado hasta nuestros días del Palacio de don Pedro de Zúñiga, el cual obtuvo la villa de Aguilafuente en 1535, al ponerla en venta el Obispado de Segovia, su anterior propietario. Sus descendientes heredarían más tarde el título de Marqués de Aguilafuente por orden Real.

Como muestra de la posesión de la villa se edificó un gran palacio en el que aparecen diferentes ventanales con los escudos de armas de la familia Zúñiga.

Se tiene constancia de que la antigua portada del palacio, hoy destruida, poseía un bello arco de herradura en ladrillo de influencia árabe.

El edificio está situado justo al lado de la Iglesia de Santa Maria ocupando una manzana completa y conservando buena parte de la construcción original.

Los muros están fabricados en mampostería granítica de grandes dimensiones, reservando los sillares de piedra caliza para los bordes de los ventanales y las esquinas.

Del palacio surge un recinto amurallado con mampostería llamado la finca del Marqués. En uno de los extremos de dicha finca se encuentra un arco realizado en granito con el escudo labrado de la familia Zúñiga en su clave, allí se muestran las cadenas que forman el emblema.

Actualmente se ha rehabilitado parte de la muralla y se ha construido una moderna, espaciosa y rústica casa rural, la casa del Palacio.

Casa de los Pérez de la Torre

Casa señorial del Mayorazgo de los Pérez de la Torre, del siglo XVI, situada en la Calle de Segovia, con escudo de armas y un reloj de sol adosados a su fachada principal y lateral, respectivamente, aún conserva las características de una casa de las familias de más alto rango y poder económico de la villa.

Sin duda esta villa, es la población rural segoviana con un mayor número de relojes solares. Así, en la bella iglesia parroquial de Santa María, situada en la Plaza Mayor del Sínodo, cuya construcción data del siglo XII, presenta diversos estilos, desde el románico de ladrillo en el ábside y torre, pasando por el gótico del siglo XV en las portadas y barroco en el interior de las naves; hay dos relojes, uno en el pórtico principal y otro en la torre.

Este templo, de grandes dimensiones y esbelta torre, cuenta en la actualidad con tres naves, aunque en su estructura originaria al parecer eran dos. La nave central con bello ábside, es un magnífico exponente del románico mudéjar en la provincia, sus arcos y ventanales de ladrillo y su laboriosa cornisa conjugan la vistosidad y armonía mostrando una gran obra arquitectónica. En los muros hay restos de esgrafiado. Sede del famoso Sínodo de Aguilafuente .

En la jamba derecha de la puerta principal de acceso de la iglesia parroquial de Aguilafuente a 2 metros sobre el suelo se halla una esfera de misa. La fachada donde se encuentra el reloj declina 10 º a poniente.

El reloj consiste en una circunferencia de diámetro de 14 cm, dentro de la cual se vislumbra otra donde están dibujados los diámetros vertical y horizontal y dos líneas horarias de la mañana y una de la tarde. El orificio del gnomon , en cambio , es profundo y está bien centrado. La puerta de acceso al templo parroquial de Santa María, es una construcción gótico tardía que está rodeada de un alfiz que arranca a media altura desde una imposta.

Esta esfera de misa está claramente situada en un sillar desplazado de su situación original. Su posición próxima a la portada gótica no corresponde al tiempo en que se diseñaban relojes de este tipo.

En la fachada de mediodía de la torre quedan restos de un reloj vertical a una altura de 12 metros sobre el suelo. La fachada declina 10 º a poniente. Las coordenadas del lugar son: latitud 41º 13′ 45» y longitud 4º 06′ 38».

Actualmente a penas se aprecia la tercera parte de la cara de un reloj de sol que estuvo pintado sobre mortero de cal. Se ven restos de líneas horarias de horas enteras y media., estas últimas de metros longitud, que terminaban en un recuadro donde se encuentran los números horarios de la mañana comprendidos entre las VII de la mañana hasta las II de la tarde escritos en caracteres romanos. Rodeaba al reloj una línea gruesa de color rojo. Del gnomon no queda ni rastro.

Casa señorial del Mayorazgo de los Pérez de la Torre, del siglo XVI, situada en al Calle de Segovia, con escudo de armas y un reloj de sol adosados a su fachada principal y lateral, respectivamente, aún conserva las características de una casa de las familias de más alto rango y poder económico de la villa. Situada en el Paseo del Marqués de Aguilafuente, justo en la esquina de la fachada de mediodía, a la derecha de un balcón corrido, se encuentra el reloj de sol, elevado unos 6 metros sobre el nivel del suelo. La declinación de la pared es de 15º. Las coordenadas del lugar son: latitud 41º 13′ 37» N y longitud 4º 06′ 37» W.

Consiste en una losa de pizarra de 40 cm de ancho por 50 cm de alto, en cuyo interior se dibuja un cuadrado, dentro del cual se encuentran las líneas horarios del reloj que parten de una semicircunferencia con centro en el polo del gnomon.

En la parte exterior del cuadrado están escritos los números horarios, en caracteres romanos que corren desde las VI de la mañana hasta las VI de la tarde, con el número cuatro marcado IIII. El gnomon es un ángulo formado por dos varillas de acero, una de ellas perpendicular a la cara del reloj de sol para dar firmeza al estilo propiamente dicho. La sujeción a la cara del reloj está resuelta con plomo. Tres garfios de hierro sujetan al reloj de sol sobre la pared, que presenta un ligero esviaje para compensar su declinación hacia naciente.


Casa de los Señores de Ribera

Casa construida en el siglo XVII, situada en la Calle Cardiel Velasco, en la salida hacia la carretera de Turégano. Se trata de una casa de la que se conserva una amplia fachada. Perteneció al Marqués de Peñafiel. En dicha fachada principal, de piedra y ladrillo, típica de la zona y de esa época, se refleja y respira el aire de las casas ricas.

Casa de los García Valdés

Casa del siglo XVIII, situada en la Calle Real del Cristo, en la salida hacia la carretera de Lastras de Cuéllar, muy cerca de la Plaza Mayor del Sínodo y de la Iglesia de Santa María, que perteneció a don Juan García Valdés, Marqués de Peñarrubias, conserva en su interior el corredor y una galería de época.

Real Pósito

Situado en la calle Ancha del Cubón y muy cerca de la Plaza Mayor del Sínodo, se sitúa el edificio que fue construido para Real Pósito, reinando en España el monarca Carlos IV. Su construcción data de 1791, según la inscripción que aparece en el dintel de su puerta de entrada. Consta de una sola planta y en su fachada se conservan pinturas de su época. El edificio funciona actualmente como casa rural de alquiler completo. información.

Aula Arqueológica

El Aula Arqueológica de Aguilafuente es un espacio expositivo de primer orden, en la línea seguida en la comunidad de Castilla y León tendente a crear centros de interpretación de carácter arqueológico en zonas rurales para el disfrute de todo tipo de públicos.

Así, tenemos en nuestra región los ejemplos de otras aulas que se han dedicado monográficamente a divulgar los conocimientos que se tienen sobre múltiples yacimientos arqueológicos de diferentes épocas históricas, todo ello con un marcado carácter pedagógico.

En lo referente al mundo romano destacan las que tratan de manera monográfica sobre campamentos y recintos militares romanos: Santibañez de Vidriales (Zamora), centrada en el de Petavonium o la de Herrera de Pisuerga (Palencia), destinada a la difusión y divulgación del campamento de Pisoraca, en la vertiente meridional de la Cordillera Cantábrica. Otras, en cambio, se centran en la explotación minera como pueden ser el aula de Las Médulas (León) o la de Los Cávenes (Salamanca).

En el aula de Aguilafuente el visitante comprenderá de una forma rigurosa a la vez que amena todos los conocimientos científicos que se disponen con respecto a una villa romana del siglo IV d. C. así como todo lo relativo a una necrópolis creada por poblaciones visigodas, aprovechando las ruinas de la villa romana (segundo tercio del siglo VI de nuestra era).

A diferencia de otros espacios expositivos de esta índole, en el caso de Aguilafuente se cuenta con una ventaja de gran valor añadido, ya que el Aula Arqueológica se encuentra en el interior de la iglesia románica de San Juan Bautista, edificio del último tercio del siglo XI posteriormente reformado en el XV, que permanecía cerrada al culto desde 1843. Dicha iglesia ha sido rehabilitada en diversas fases durante los años 90 para poder albergar finalmente con total idoneidad el Aula Arqueológica de Aguilafuente y conseguir así un marco apropiado para la exposición a la vez que se dota de funcionalidad a un edificio religioso antes en ruinas.

Museo Florentino Trapero

El museo Florentino Trapero de Aguilafuente rinde tributo a uno de los grandes hijos de la villa, ya que se han agrupado en este espacio expositivo un total de 162 obras del artista, entre obras escultóricas, originales, moldes, bocetos y dibujos del autor. El lugar elegido para la ubicación de esta exposición permanente es la planta baja de la propia Casa Consistorial de Aguilafuente.
Florentino Trapero, escultor, restaurador e imaginero, nació en 1893 en Aguilafuente (Segovia), hijo del entonces secretario del Ayuntamiento de la localidad. Desde muy temprana edad demostró su vocación artística, el dibujo y sus primeras tallas de madera dejaron patentes sus dotes para las artes. De ese modo en 1908 comenzó en Madrid sus estudios en la Escuela Superior de Pintura, Escultura y Grabado. De esta primera época creativa el Museo cuenta con bocetos originales del escultor que tratan sobre escenas alegóricas de labores agrícolas y ganaderas.

Concentrado en la producción artística y la docencia (trabaja como profesor de Instituto en Jaca y Reinosa; consigue después la plaza de Catedrático de Instituto siendo destinado a Calatayud y posteriormente a Avilés).

Entre los galardones y concursos ganados a lo largo de su vida destacan el de modelos para la corona de la Virgen de la Fuencisla en 1916, el premio Victorio Macho de esculturas policromadas (1922) la Mención Honorífica en la Exposición Iberoamericana de Sevilla (1930) o el premio de la Exposición de Pintura y Escultura de Castilla y León en Santillana del Mar. Juzgado en 1937, durante la Guerra Civil Española, por las autoridades franquistas con el cargo de auxilio a la rebelión (a pesar de haberse mantenido fiel al gobierno legalmente constituido), fue condenado a una pena de 32 años, que no llegó a cumplir en su totalidad. En lo referente a su dilatada labor profesional cabe reseñar el encargo de la restauración de las esculturas dañadas durante la Guerra Civil en diversas catedrales, especialmente en la de la Seo de Sigüenza (1943-1949), donde fue el Director de restauración escultórica, junto a ello destaca también la realización de diversas obras escultóricas para la Catedral vieja y nueva de Vitoria (esculpió 14 imágenes de apóstoles que forman parte del pórtico), las esculturas de la Universidad Laboral de Gijón, el altar mayor de la iglesia de Galapagar o la estatua del Adelantado de Florida Pedro Menéndez, en Avilés.

En su faceta de imaginero, se encargó de la realización de imágenes como las de la Semana Santa de Zamora, entre las que destaca el paso de La Borriquita (1949-1950). Una de las mejores aportaciones escultóricas a la Semana Santa zamorana del siglo XX. Fue realizado en pino de Soria y representa a Jesús montado en una burra y rodeado por un hombre y dos mujeres, una de ellas con su niño en brazos; detrás van otros dos niños jugando con un pollino. Fue bendecido en 1950 y desfiló por primera vez el 2 de abril de ese mismo año. Es recomendable ver dicho paso por el lado derecho del cortejo.

El Nazareno de San Frontis, de la primera mitad del siglo XVII . Tallado en madera de pino, viste una túnica de terciopelo morado bordado en oro. En 1800 pasó de la desaparecida ermita de la Cruz al templo de San Frontis donde desde entonces está expuesto a la veneración.

En 1954 Florentino Trapero restauró la faz del Cristo y le talló unas manos nuevas. En 1991 se cambió la antigua cruz atacada por los xilófagos por una nueva. El Nazareno provoca gran devoción entre los vecinos y vecinas del Barrio de San Frontis en Zamora. El 14 de Septiembre, la Cofradía de la Cruz y del Señor, lo saca en procesión por el barrio.

En total creó a lo largo de su trayectoria unas 196 obras escultóricas, repartidas por toda la geografía española.