Castillo de Almansa

Los orígenes del Castillo de Almansa se remontan a finales del siglo XI, aunque su perfil debía ser muy diferente al actual, pudiendo ser un torreón de vigilancia o un recinto fortificado similar a una alcazaba de pequeño tamaño, siendo posible que los muros más antiguos existentes a niveles inferiores sean de esta época.
En torno a la primera mitad del siglo XIII, año 1242 al 1244, el infante don Alfonso, futuro Alfonso X “el Sabio”, conquistó estas tierras en nombre de su padre el rey Fernando III “el Santo” de Castilla, pasando a ser el Castillo y la Villa de Almansa parte de los límites de la Corona de Castilla.

En 1911 el alcalde de Almansa denunciaba el estado ruinoso del Castillo, pretendiendo su demolición, aunque gracias a los informes realizados por la Real Academia de la Historia y la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, no sólo se salvó, sino que además, por Real Orden de febrero de 1921 fue declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional.

En 1952 el Castillo experimentó una profunda restauración en su periferia. En el interior, no reconstruido, solo quedaron unos escasos restos que permiten conjeturar su primitiva configuración. Durante las obras realizadas se descubrió una bellísima escalera de caracol que, desde la Torre del Homenaje, da acceso a la terraza superior de dicho torreón.

En 1990 se puso en marcha un proyecto de reparación y estabilización de los agrietamientos, que consistió básicamente en el cosido de los estratos rocosos, que se realizó mediante la colocación de anclajes y el recalce de las murallas con inyecciones de cemento. Se colocaron diez vigas-contrafuertes para la recogida de las cabezas de los anclajes, que se pueden apreciar en el flanco oriental.

Centro Interpretación-Museo Batalla de Almansa

En sus instalaciones junto a la Oficina de Turismo, ofrece una interpretación del hecho histórico adaptada a todas las edades.

El Museo dispone de una copia del cuadro que Filippo Pallotta y Buonaventura Ligli realizaron entre 1707 y 1709 por encargo de Felipe V. El Vitorero, figura histórica local o los Monumentos Conmemorativos, que se han sucedido en la ciudad al ritmo de la evolución histórica de nuestro país, son algunos de los elementos que se ofrecen durante la visita. Además, el cuadro cobra vida mediante una proyección digital que permite comprender y analizar este hecho histórico.

Se exponen algunas piezas históricas cedidas por el Museo del Ejército de Toledo y diverso material recogido del escenario de los combates.

A lo largo del recorrido, el visitante dispone de varios puntos de información con pantallas interactivas. La visita concluye con un espectacular audiovisual.

Iglesia de la Asunción

La Iglesia de la Asunción en Almansa es un monumento imponente que se alza frente a la Plaza de Santa María. Es una visita obligada al recorrer el casco histórico de Almansa. En su interior, Nuestra Señora de Belén, la Patrona de la ciudad, preside el Altar Mayor.

La construcción comenzó el 30 de abril de 1524. A lo largo de la primera mitad del siglo XVI, se desarrolló desde la cimentación hasta el alzado de los muros de la nave, las capillas laterales y se añadieron contrafuertes. El conjunto escultórico en la fachada representa la Anunciación, con la Virgen arrodillada ante un atril y el arcángel Gabriel frente a ella.

Palacio de los Condes de Cirat

El Palacio de los Condes de Cirat, también conocido como “la Casa Grande”, es un edificio de estilo renacentista y de carácter civil. Fue construido en el último cuarto del siglo XVI por el noble almanseño Don Alfonso de Pina. Este palacio se encuentra en la plaza de Santa María en la localidad de Almansa.
Este palacio es un testimonio histórico y arquitectónico que merece ser apreciado por su belleza y significado cultural. Si alguna vez tienes la oportunidad de visitar Almansa, te recomiendo explorar este magnífico edificio renacentista.

El Pantano de Almansa

El Pantano de Almansa es uno de los parajes más representativos de nuestra ciudad, por su riqueza medioambiental y patrimonial. El aprovechamiento y uso del agua, como fuente de riqueza, junto con otros recursos naturales que en su entorno se generan, ha propiciado el asentamiento de comunidades humanas desde la Prehistoria.
Recientemente, tras años de trabajo para la limpieza y dragado del embalse se ha revitalizado la zona mediante el proyecto Agua Viva, acondicienando caminos, instalando señalización y mobiliario, y la apertura de una Oficina de Información.

Las rutas que recorren todo el paraje, permiten acercarse a la flora y la fauna característica de este entorno lacustre, la propia presa del embalse, o uno de los yacimientos arqueológicos más antiguos de la población, el Cerro del Pantano.

La Presa

El Pantano de Almansa es una cuenca donde confluyen ramblas, vertientes y cañadas del entorno, junto con el cauce de las aguas de las fuentes de Alpera, con un caudal medio de aproximadamente 100 litros por segundo. Tal riqueza hídrica merecía un mejor aprovechamiento, pero también suponía un peligro para la población en el momento de crecida de las aguas por las fuertes lluvias.

Desde principio del S. XVI, el ayuntamiento almanseño asume la construcción de una presa para contener las aguas. Se construye un primer muro de mampostería entre 1530 y 1538, pero fue insuficiente. Por lo que se realiza un nuevo proyecto de presa más sólida entre 1584 y 1586. Esta nueva obra es un muro de arco, que contiene las aguas por su parte convexa, compuesto por dos cuerpos, el inferior, que es donde se abre la bóveda de la toma de riego o Botana, y el superior, un graderío que va reduciendo el grosor de la construcción conforme gana altura. En su fachada conserva labrada la corona que reza: SOLI DEO HONOR ET GLORIA – 1584 (Solo a Dios el honor y la gloria). Esta obra de ingeniería hidráulica fue pionera en Europa, y actualmente una de las más antiguas de España en uso.

Sin embargo, aunque más robusta y resistente, seguía siendo insuficiente para contener el volumen de agua que el pantano podía ofrecer. Por lo que a finales del S. XVIII se recrece, en este caso con un muro de trazo poligonal que eleva su altura considerablemente. Más tarde, entre 1915 y 1938, se realiza una limpieza de fangos, y se construye la nueva Botana a partir de una torre cilíndrica, y un amplio aliviadero al este de la misma.

Convento Agustinas

El Convento de las Monjas Agustinas se encuentra en una privilegiada zona del casco histórico, la plaza San Agustín, conjunto en el que se encuentran las casas solariegas de los Enríquez de Navarra y de los Galiano además de la Casa de Cultura.

El convento se fundó en 1609 por iniciativa del sacerdote Lázaro Galiano Pina y su hermana Ana Galiano Pina. Concretamente, el 6/01/1609 la orden de monjas Agustinas tomaba posesión del convento con la llegada de las primeras hermanas. Sin embargo, de aquella primera fundación no queda prácticamente nada.

El conjunto formado en la actualidad por iglesia, convento, celdas y claustro fue construido cien años después, en 1.704, por Juan Fouquet y Verde, arquitecto de origen levantino. Su fábrica está hecha de piedra en la portada y esquinas, y en el resto de mampostería, y su valor monumental recae en su fachada barroca, uno de los ejemplos más significativos de portada barroca con columnas salomónicas de la provincia de Albacete.

La portada se divide en dos grandes cuerpos: en el primero encontramos dos columnas salomónicas con capitel compuesto que descansan sobre amplios pedestales y cuyos fustes carecen de decoración. Ambas columnas soportan un amplio entablamento con una cornisa de fuertes entrantes y salientes en la que destaca una gran ménsula vegetal. En el segundo cuerpo aparece representado un tema eucarístico de gran finura enmarcado entre pilastras: una custodia mostrada por dos querubines y en la parte inferior dos ángeles portando espigas de trigo (pan) y un racimo de uvas (vino), símbolos de la eucaristía. Su frontón es curvo y partido, rematado con decoración de bolas de cantería y punta de diamante. En la parte superior de la fachada aparece una amplia espadaña de dos cuerpos.

Santuario de Belén

Lugar de peregrinación de todos los Almanseños dos veces al año. Durante los meses de verano acoge a Nuestra Señora de Belén que es trasladada en romería desde Almansa y devuelta a la población en septiembre. Entorno natural y remanso de paz para el visitante.

De estilo barroco y neoclásico, el santuario de Belén está formado por una iglesia y una serie de dependencias como: sacristía, camarín, museo y, en la actualidad, la recientemente construida sala de velas. La fachada se compone de una portada principal rematada en una espadaña de construcción posterior (1922). La iglesia es de planta rectangular con una nave única y coro a los pies.

El interior se cubre con una bóveda de cañón rebajada con lunetos decorados y dividida en cinco tramos por arcos fajones. Estos arcos descansan, tras salvar un entablamento corrido, en pilastras policromadas, entre las cuales, hay, a su vez, arcos pintados simulando capillas. Un arco rebajado une la nave con la cabecera, donde encontramos una bóveda decorada con pintura al fresco y el retablo barroco de talla policromada organizado en tres cuerpos.

Desde la cabecera se accede al museo y a la sacristía por sendas puertas de estilo barroco talladas y policromadas con lunetos decorados en la parte superior con pintura al fresco. Detrás del altar encontramos el camarín, de planta cuadrada, la dependencia más interesante. Está cubierto con cúpula sobre pechinas, dividida en ocho segmentos y decorada, al igual que las paredes, con pintura al fresco. Su suelo, original y de gran valor, se compone de azulejos de influencia levantina.

Las primeras noticias que tenemos sobre él son del siglo XVI. El 15 de marzo de 1515 el almanseño Juan Sánchez de Belén, propietario de las tierras que hoy constituyen el santuario. Un primitivo santuario albergaba en su interior una pequeña talla de la Virgen que había traído de un viaje a Roma.

Poco a poco, el culto a la Virgen de Belén fue creciendo debido tanto a su proximidad a la acequia de Alpera que proporcionaba agua y arbolado con sombra, tan necesarios para el descanso del ganado. A ello se unía su proximidad al antiguo camino real, lo que originó la aparición de una feria de ganado en torno a la ermita, y a ella llegarían numerosas gentes del contorno que entraban a la ermita a venerar la Virgen allí entronizada.

Hacia 1540 los almanseños acordaron celebrar el voto a S. Juan de mayo en la ermita de Belén. Era ésta una peregrinación realizada cada día 6 de mayo en honor a San Juan “ante portam latinam” y que a partir de este momento pasaría a celebrarse en la ermita de Belén. Con esta decisión la afluencia de gentes cada vez fue mayor así que se hizo necesario reformar y ampliar la ermita original.

Las obras comenzarían a finales del siglo XVI y acabaron en 1627 cuando el patronato de la fundación ya pertenecía al concejo y no a los herederos del fundador original Juan Sánchez. Este mismo año, el 6 de febrero de 1627, tuvo lugar el primer caso conocido de rogativa a la Virgen de Belén. Debido a una extrema sequía los representantes del concejo y del clero trajeron por vez primera la imagen de la Virgen desde su ermita en Belén a la iglesia de la Asunción. El objetivo era pedir su ayuda para que lloviera en los campos.

Puente Carlos IV

De su situación se deduce su importancia, pues era paso casi obligado para los que accedían o salían de la población, su misión era asegurar la comunicación del Camino Real hacia Madrid.

Es una construcción del siglo XVIII. En el centro del puente hay una placa conmemorativa, con una inscripción que menciona a Carlos IV.

En 1997 se inició la restauración ya que el puente presentaba deteriores importantes en su estructura. En marzo de 1999 se inauguró la obra terminada.

El Puente está protegido por el Plan Especial del Conjunto Histórico de Almansa.

Antigua Lonja

Su inmejorable ubicación lo hacen zona de tránsito y visita obligada a todo aquel que llega a la ciudad. Su origen se remonta al S.XIX pensado para ser la sede central del comercio de Almansa la antigua Lonja.

Su construcción es del año 1800, como se indica en la clave del arco central, posee planta rectangular y dos cuerpos: el primero de ellos dejando una lonja o zona porticada cuya finalidad era la de servir de zona de mercado, (para proteger a los comerciantes y sus mercancías de las inclemencias del tiempo: calor, frío, lluvia, etc.), y por ello el edificio era también conocido como la Lonja.

El segundo cuerpo estaba destinado a dependencias municipales como sede del Ayuntamiento, hasta su traslado a la Casa Grande en la década de 1990. La zona porticada consta de siete arcos sobre pilares en el lado largo y dos arcos en cada uno de los lados cortos, la planta noble desarrolla un balcón sobre cada arco. La decoración es clasicista: almohadillado, dovelas acodadas, cornisas sostenidas por ménsulas, dentículos… Tras la guerra civil se recrece con un nuevo cuerpo para incrementar el espacio útil.

Capillica Rosario

Un pequeño tesoro escondido en el casco histórico de construcción sencilla y popular. En su interior guarda la imagen de la Virgen del Rosario en cuya onomástica se celebra una misa popular. De gran valor sentimental festero celebra también el más antiguo de los actos en sus fiestas populares.

Con este nombre se denomina a la capilla-arco que da acceso a la calle de la Morería. Se trata de una obra sencilla de arquitectura popular y de pequeñas dimensiones rematada con una cúpula en cuyo interior se aprecian detalles barrocos. Sin embargo, posee un destacado protagonismo en las Fiestas Mayores de nuestra ciudad, por ser sede de la tradicional rifa de corderos cada 5 de mayo. Su construcción es de 1795, a devoción de las familias de los Cuenca y los Pina Galiano, cuyos descendientes se comprometieron a sufragar el importe del aceite consumido por su lámpara.
A primeros de octubre de 1885, los vecinos contrataban dos bandas de música locales y disparaban un castillo de fuegos artificiales para celebrar por todo lo alto la fiesta de la Virgen del Rosario (7 de octubre), en agradecimiento por haber sobrevivido a la terrible epidemia de cólera que había atacado a toda la población durante los meses anteriores.