Puente Romano

Uno de los monumentos más famosos de Asturias es el puente de Cangas de Onís, de origen medieval se asienta sobre los restos de uno romano. Su icónica silueta es el símbolo de Cangas de Onís. Todos los años miles de personan se fotografían delante de él, y hacen que este monumento nacional sea una de las imágenes más famosas. Del arco central del «Puentón», como lo concemos los cangueses, cuelga una representación de la Cruz de la Victoria.

Capilla de Santa Cruz

EL templo cristiano más antiguo de España es la Capila de Santa Cruz, de pequeñas dimensiones se sitúa sobre un túmulo en el barrio de Contranquíl. En su interior alberga el Dolmen de Santa Cruz, monumento funerario datado en el 4000 A.C. La pequeña capilla fue mandada construir por el Rey Favila, hijo de Pelayo, para conmemorar la victoria en la Batalla de Covadonga.

Iglesia de La Asunción

La Iglesia de Cangas de Onís preside el centro de la ciudad en la intersección de las calles más importantes, Mercado y Avda. de Covadonga, al lado de la zona del mercado. Su inconfundible silueta la hacen destacar en toda la ciudad. Levantada en 1963, en el solar que ocupaba la casa de Vazquez de Mella, es una magnífica construcción en un edificio de tres naves con una torre de 33 metros de alto y espadaña con campanario de tres niveles. En su interior alberga vidrieras de los franceses Maumejean y pinturas de Casimiro Baragaña. La iglesia de Cangas de Onís es obra del arquitecto Enrique Rodriguez Bustelo y las obras fueron sufragadas por el benefector cangues don José González Soto. Frente a la iglesia el jardín triangular, formado por la confluencia de las calles, está presidido por una escultura de tamaño natural del Rey Pelayo, primer Rey de España (como reza la inscripción de su base), obra del escultor Felix Alonso.

Palaciu «Pintu»

Conocido así por sus colores de la fachada, es la reconstrucción del original del siglo XVII. Una señorial casona palacio con blasonado en su fachada con la leyenda «Los Barelas y los Bermúdez, Ulloas y Villalobos, tan antiguos en Galicia como en Castilla los Godos / Por mi ley y por mi rey moriré». A los pies de la imponente torre hay un busto en recuerdo del político y escritor, natural de Cangas de Onís, Vázquez de Mella, obra de Gerardo Zaragoza. Los soportales de la construcción albergan el importante mercado dominical de Cangas de Onís. En frente están los jardines de la Iglesia, con una escultura del Rey Pelayo, obra de Félix Alonso Arena.

Palacios y casonas

Todo el municipio está plagado de fantásticas casonas familiares de gran importancia, como el Palacio de Soto Cortés, en Labra. También hay destacables muestras de arquitectura indiana, casas señoriales construidas por emigrantes que hicieron fortuna en América. Buenos ejemplos son el Villa María y la casa de Sarmiento en la avenida de Castilla. En el paseo de Prestín, pasado el Puente Romano, hay una serie de ejemplos de estas significativas construcciones. Uno de los más destacados por su arquitectura e historia es el Palacio Cortés (foto), ubicado en la zona del mercado de la ciudad, es un edificio barroco de planta rectangular con capilla adosada con campanario, zaguán de entrada y aleros de madera con filigrana. Data del siglo XVI. La casa sirvió de residencia a la reina Isabel II la noche del 27 de agosto de 1858, durante la escala que realizó en su visita al santuario de Covadonga. También era habitual la presencia del ilustrado Jovellanos, que tenía vínculos familiares.

Iglesia de Abamia

La iglesia de Santa Eulalia de Abamia se sitúa a 6 Km de Cangas de Onís, en el pueblo de Corao. Se atribuye su construcción al Rey Pelayo, en el siglo VII, y aquí fue enterrado junto a su esposa Gaudiosa, hasta que sus restos fueron trasladados a la cueva de Covadonga por mandato del Rey Alfonso X. La construcción, de estilo románico, alberga en su interior importantes pinturas barrocas que representan las gestas de Pelayo, y tiene un retablo de la época de Carlos III.

Lagos de Covadonga

Los lagos de Covadonga son una joya de la naturaleza dentro del parque nacional de los Picos de Europa, aquí se esconden algunos de los paisajes más increíbles que no puedes dejar de visitar una vez en la vida. Los lagos de Covadonga, Enol y Ercina, merecen tu visita.

Estos dos Lagos de Covadonga tienen un origen glaciar y están ubicados a más de 1.000 metros sobre el nivel del mar.

En este lugar la naturaleza asturiana parece completamente intacta, sin civilización. Si vas a los lagos en otoño o en invierno, te aconsejamos que vistas abrigado porque en la proximidad de los Picos de Europa sopla el viento y hace mucho frío.

Lagos Ercina y Enol


Temprano en la mañana inicia el recorrido y te acercas a los lagos, si la niebla aún es espesa es posible que al principio no notes que a través de una amplia extensión verde te estás acercando al primero: el lago la Ercina.

El lago Ercina es un encantador lago de ocho hectáreas (como ocho campos de fútbol) y está a 1.108 m de altitud, aunque solo tiene tres metros de profundidad. Puedes subir a una colina para obtener una vista aún mejor del lago Ercina desde el Mirador de Entrelagos.

El lago Enol es más grande que el lago Ercina. Situado a unos 1.070 metros de altitud, tiene una longitud de 750 metros y una anchura máxima de 400 metros. También es más hondo que el lago Ercina con una profundidad máxima de 25 metros.

El lago Enol está a solo un corto paseo del lago Ercina, donde la neblina se mueve rápidamente a través del agua azul brillante. Puedes escuchar los cascabeles de las vacas que suenan en la distancia y el balido de las cabras. Este es un lugar precioso para un picnic.

Santuario de Covadonga

La Santa Cueva

Sin duda alguna, la Santa Cueva será el primer y más importante lugar a visitar. En ella se encuentra la Virgen de Covadonga o la “Santina”, apelativo con el que popular y cariñosamente la conocen los asturianos.
El nombre de Covadonga procede de la expresión latina Cova Dominica (que viene a significar Cueva de la Señora), la cual se ha ido transformando hasta llegar a la palabra actual: Covadonga.

Primitivamente, la oquedad de la Santa Cueva se encontraba recubierta de madera y era conocida como “el milagro de Covadonga”, porque las vigas estaban incrustadas en la roca que parecía un milagro el que no se cayesen. En el año 1777 se produce en ella un incendio en el cual se pierde la imagen de la Virgen, joyas, cálices y todas las pertenencias que dentro se encontraban.

La imagen actual es del S.XVI y ha sido donada por el Cabildo de la Catedral de Oviedo en 1778, como compensación a la pérdida de la imagen primitiva.

También en la Cueva podemos encontrar el sepulcro de D. Pelayo, que se encuentra encajado en la pared lateral derecha, antes de llegar a la imagen de la Virgen. Aunque originalmente fue enterrado en una iglesia cercana llamada Santa Eulalia de Abamia sus restos, junto a los de su esposa Gaudiosa y su hermana, fueron trasladados a la Santa Cueva en tiempos de Alfonso X “el Sabio”, en el siglo XIII. Más adelante, y algo más escondido, se encuentra el sepulcro de D. Alfonso I y su mujer Hermesinda (hija de D. Pelayo).

La actual capilla que hay en su interior es de estilo neorrománico y se construyó a principios de los años cuarenta, tras finalizar la Guerra Civil Española, es obra del arquitecto Luis Menéndez Pidal.

También cabe destacar el antipendio del altar, que muestra una representación de la batalla de Covadonga. Fue realizado por Juan José García Talens para la II Bienal de Barcelona. Otra pieza que llama la atención es la exedra con relieves de los reyes de Asturias que hay detrás de la Virgen, está basada en el arte prerrománico asturiano. A ambos lados de la imagen de la Virgen se han colocado unas lámparas de estilo visigodo que reproducen la corona de Recesvinto, del tesoro de Guarrazar.

La Basílica

Será el Arzobispo de Oviedo D. Benito Sanz y Forés el impulsor de la construcción de un gran templo monumental que devolviera a Covadonga el esplendor de otros tiempos. Comenzó su construcción en 1877 y fue bendecida e inaugurada el 7 de septiembre de 1901.
El primer proyecto fue diseñado por Roberto Frassinelli, aunque el proyecto definitivo se debe a Federico Aparici.

Es de estilo neorrománico y está hecha en piedra rosácea marmórea extraída de las montañas de Covadonga. Consta de una nave central y tres ábsides escalonados, cubierta con aristas, crucerías en el crucero, anti presbiterio, cuarto de esferas en los ábsides y dos altas torres en la fachada occidental, en la que se abre un pórtico de triple arco.

En el interior destacan algunas obras de arte, como un cuadro de Luis de Madrazo que representa a “Don Pelayo en Covadonga”, otro de Vicente Carducho, con una escena de ”La Anunciación” y una bellísima imagen de Nuestra Señora, hecha por el escultor Juan Samsó.

Tras el altar el visitante puede contemplar una réplica de la Cruz de la Victoria realizada por Pedro Álvarez Miranda. En el ábside de la derecha existe una Capilla dedicada a la Virgen del Rosario y a San Pedro Poveda, en el de la izquierda una capilla dedicada al Santísimo y, sobre la puerta de la sacristía, destaca el moderno órgano realizado por el palentino taller de Acitoresen el año 2001, con motivo de la celebración del primer centenario de la basílica.