La Muralla Romana de Lugo
El monumento más relevante que ver en Lugo es sin lugar a dudas su muralla romana, una construcción de dos milenios de vida que vio nacer a la ciudad desde casi sus orígenes. Un recorrido de casi 2 km que envuelve todo el centro histórico y por la que se puede pasear por toda su zona superior, siendo la mejor muralla conservada de todo el Imperio Romano.
En el 2000 fue declarada Patrimonio de la Humanidad, tras ser restaurada en mayor medida durante el siglo anterior. De todas las torres originarias, sólo queda en pie un trozo de la Torre Da Mosqueira. Esta ofrece muy buenas vistas.
En la actualidad la muralla cuenta con 10 puertas de acceso al interior del casco histórico, donde las más importantes son la Puerta de Santiago ou do Postigo, la de San Pedro ou Toledana, la Porta Falsa, la Porta Nova y la Porta Miña ou do Carme. Todas estas son de origen romano, siendo todas las demás de los dos últimos siglos para dotar de accesibilidad al interior.
Catedral de Lugo
La Catedral de Lugo se remonta en el tiempo casi mil años, construida en el siglo XII en estilo románico sobre un templo anterior. A lo largo de los siglos las diferentes remodelaciones han hecho que muchos estilos arquitectónicos se entrecrucen entre sí, con elementos góticos, barrocos o neoclásicos.
Aunque su fachada es de aspecto sobrio en comparación a otras catedrales gallegas como la Catedral de Santiago de Compostela, su interior nada tiene que envidiar a otros grandes templos. En este espacio destacan la capilla barroca de la Virgen de los Ojos Grandes, llamada así por su expresiva mirada, el altar mayor, con los tonos azules de sus columnas, o la sillería del coro.
Praza Maior
El corazón de la ciudad, palpitando con las pisadas de los muchos visitantes que pasan por ella, es la Praza Maior, uno de los lugares esenciales que visitar en Lugo. Esta plaza amplia y arbolada guarda en su perímetro algunos de los edificios más vistosos y elegantes del casco viejo.
La Casa do Concello es el más importante de ellos, terminado de levantar en 1738 y de estilo barroco civil gallego. Como curiosidad, la torre del reloj fue levantada después, en 1871, levantando ampollas, pues se decía que no armonizaba con el resto del conjunto.
En la parte contraria, haciendo esquina, se encuentra Circulo de las Artes, de un verde muy característico. Si se contempla desde la plaza, con el arco de la muralla al fondo, tienes foto ganadora. A los pies del edificio también se encuentra una estatua de Paulo Fabio Máximo y del emperador Augusto, fundadores de la ciudad de Lugo.
Casa dos Mosaicos
En la Rúa Doutor Castro podemos encontrar los restos de una domus romana del s. III, o lo que es lo mismo, una casa romana de cierto nivel económico. Los mosaicos del suelo son una maravilla y representan motivos geométricos.
Además de apreciarse desde la propia calle a través de cristales, se puede entrar a un pequeño museo donde se aprecia con mayor claridad, además de otros restos de la vivienda.
Museo Universitario «A Domus do Mitreo»
Si quieres seguir conociendo el patrimonio romano de Lugo el Museo Universitario A Domus do Mitreo es otra muy buena opción. Situado frente a la fachada principal de la Catedral, se exponen restos romanos descubiertos al demolerse el Pazo de Montenegro, en 1998.
El museo cuenta con dos pisos. El piso subterráneo es dedicado a los restos de una Domus, a la propia Muralla y a un Mitreo, siendo este último un templo dedicado al Dios Mitra. El piso superior acoge una exposición sobre el hallazgo y elementos explicativos desde la época romana hasta el siglo XX.
Praza de Santa María
En la parte trasera de la Catedral se encuentra la Praza de Santa María, una de las más bonitas que ver en Lugo. En esta pintoresca plaza anclada en el tiempo encontramos los restos de una piscina romana, del siglo IV d.C., visible a través de una cristalera.
Igualmente, gobernándola, tenemos el Pazo Episcopal, de varias etapas constructivas. Sobre la fachada se encuentra el escudo del obispo Cayetano Gil Taboada. Sólo queda sentarse en las escaleras frente al Palacio y disfrutar de la majestuosa Catedral.
Praza do Campo y alrededores
La Praza do Campo fue durante muchos años el corazón de la ciudad vieja, un espacio triangular que funcionó como zona comercial durante la Edad Media y que ya existía entre los siglos XII y XIII. En su centro se encuentra la fuente barroca de San Vicente de Ferrer, de 1754. Los soportales de las edificios colindantes terminan de darle un encanto único.
Museo Provincial de Lugo
En lo que antiguamente fuera un convento franciscano, hoy encontramos el Museo Provincial de Lugo, del que aún se conservan algunas estancias, incluido un bonito claustro del s. XV o las cocinas. El museo cuenta con una colección con piezas artísticas, arqueológicas y de orfebrería del patrimonio cultural lucense.
En el mismo emplazamiento, la Praza da Soidade, también se encuentra la bonita Iglesia de San Pedro, asociada también a los franciscanos. Su construcción data entre los siglos XIV y XVI, de estilo gótico, siendo además Monumento Histórico Artístico desde 1931. No dejes de entrar si se encuentra abierta.
Diputación Provincial de Lugo
En el tramo amplio de la Rúa San Marcos se encuentra la Diputación Provincial de Lugo en lo que antiguamente era el Palacio de San Marcos. Aunque en principio fue diseñado para ser usado como hospital finalmente llegó a ser biblioteca, instituto y sede de la Diputación Provincial. El edificio es de finales del siglo XIX.
Frente al palacio, en una de sus esquinas, puedes visitar unos restos de un acueducto romano datado del siglo IV d.C. Es visible en la propia calle a través de una cristalera.
Plaza de Ferrol e Iglesia de San Froilán
Siguiendo con los lugares que ver en Lugo en un día nos topamos con la Plaza de Ferrol, un pequeño espacio arbolado donde se encuentra el Cuartel de San Fernando, siglo XVIII y estilo neoclásico. En contraposición a su sobriedad tenemos la Iglesia de San Froilán, el templo del Antiguo Hospital de San Bartolomé. Una zona muy tranquila, con un acceso a la zona superior de la muralla.
Ponte Romano y Termas Romanas
A las afueras del centro histórico, al suroeste de la ciudad, encontramos el Ponte Romano de Lugo uniendo las orillas del Rio Miño. Salvando las distancias con el Ponte Vella de Ourense, esta construcción romana también posee mucho valor histórico.
Fue construido por los romanos para comunicar Lugo con la ciudad de Braga. De estos comienzos sólo se conservan algunos cimientos, siendo reconstruido y modificado a lo largo de los siglos en varias ocasiones. Muy cerquita también puedes visitar los restos de unas termas romanas, dentro de las instalaciones del Hotel Balneario de Lugo, con acceso gratuito.
Puerta de Santiago
La puerta de Santiago ya existía en época romana y está totalmente modificada. Se conoce desde el siglo XII como puerta del Posticu, Porticu y Postigo. Todos estos nombres están relacionados con la existencia de un postigo encuadrado dentro de una puerta más grande. Mide 4,5 metros de ancho, el alto hasta la clave es de 5,50 metros y hasta incluso el adarve, de 6,90 metros.
Fue una puerta privada, ya que perteneció a la Iglesia y fue empleada hasta 1589 por los canónigos y sus sirvientes con el fin de acceder a las huertas. Esta puerta era la única que permanecía abierta en tiempos de peste. Ensanchada en 1759 por el Obispo Izquierdo y Tavira para facilitar la entrada de carruajes, está formada por arcos y paramentos de perpiaños de granito. Los cubos que la flanquean tienen asientos de una piedra en su parte interior, en el adarve, para descanso de los paseantes. Durante esta reforma es decorada por el interior al ser considerada como una puerta de salida. Tiene un templete en el que se colocó una imagen de Santiago Matamoros y en la parte inferior el escudo de armas del Obispo Izquierdo.
Puerta del Obispo Aguirre
Es la cuarta puerta abierta en el siglo XIX (año 1894). Su apertura se debe al deseo de facilitar la comunicación con el nuevo seminario, construido por orden del Obispo Aguirre, y con el antiguo cementerio. Al abrir la puerta se derribaron dos cubos de la Muralla y aparecieron lápidas romanas. Situada en una ladera, mide 10 metros de ancho, la altura hasta la clave es de 8,15 metros y hasta el adarve, de 9 metros.Al atravesarla veremos unas pequeñas puertas que dan a dos habitaciones que servían de fielatos y una placa conmemorativa del obispo constructor del Seminario.
Puerta del Campo Castelo
Con motivo de la inauguración de la nueva cárcel en 1887, se hizo necesaria la apertura de esta nueva puerta para facilitar el cambio de guardia y el acceso al juzgado. También conocida como Puerta de la Cárcel, fue la tercera puerta que se abrió durante el siglo XIX. Mide 4,32 metros de ancho, la altura hasta la clave es de 7,15 metros y hasta el adarve, de 8,10 metros. Esta puerta sustituye a unas escaleras de acceso, lo que condicionó sus dimensiones. Hubo que derribar estas escaleras (seguramente romanas) y el cubo en el que estaban alojadas, así como una pequeñísima parte del Reducto Cristina.
Para su construcción se aprovechó la piedra del derribo y el sobrante se empleó en la construcción de alcantarillas a las afueras de la Puerta de San Fernando y para llenar la diferencia de nivel existente entre la ronda exterior de la Muralla y la que hoy es la plaza del Campo Castelo.Atravesando la puerta encontramos la plaza de Campo Castelo, donde hay unas escaleras de acceso a la Muralla.
Puerta de San Pedro
Se cree que esta puerta ya existía en época romana. Durante la Baja Edad Media aparece en las fuentes escritas como Sancti Petri. También en época medieval es conocida como Puerta Toletana o Puerta Toledana al estar situada al final del camino procedente de Castilla, empleado sobre todo por mercaderes toledanos que comerciaban en la ciudad. Situada en una vaguada, mide 3,70 metros de ancho y unos 4,85 metros de altura hasta la clave y 10,80 metros hasta el adarve.
Antes de su modificación efectuada en 1781, estaba adintelada con vigas de madera a la altura de los postigos. Tras esa reforma, tenía un cuerpo de guardia con una estructura semejante a la de la Puerta Miñá, reconvertido en capilla y que sería derribada en 1846. La decoración se encuentra en el exterior de la puerta, por ser fundamentalmente una puerta de entrada. De este modo, hoy en día aún se ve un frontón triangular con el escudo de la ciudad, rematado con la corona real, flanqueado por dos leones rampantes y apoyado sobre un querubín y una cartela oval con la inscripción del año de reconstrucción de la puerta, 1781. Esta puerta fue y sigue siendo la entrada a la ciudad para los millares de peregrinos que se desplazaban hasta Compostela en la Edad Media a través del Camino Primitivo. Por aquí también se sale al Camino Real de Castilla hacia Astorga. Atravesando la puerta, el primer callejón a la derecha nos sitúa en la plaza del Cantiño, donde encontraremos unas escaleras que nos permiten subir a la Muralla.
Puerta de la Estación
La llamada Puerta de la Estación se abrió a petición de algunos vecinos como consecuencia de la necesidad de comunicar la ciudad con las vías del ferrocarril. Un año después se amplió (se derribaron los cubos entre los que se había abierto) y en 1921 se ampliaría aún más, en una obra que supuso el derribo de la primera puerta y la construcción de la actual. La escasez de elementos ornamentales responde a la precaria situación económica, debido a las deficiencias presupuestarias provocadas por la Primera Guerra Mundial.
Puerta proyectada por Nemesio Cobreros en 1875 y derribada en 1921. Las dos habitaciones incrustadas en sus muros sirvieron para la recaudación del impuesto de consumos, uno de los más gravosos e injustos con las clases menos favorecidas al grabar productos de primera necesidad, durante el siglo XIX y parte del siglo XX. Su anchura es de 10 metros, su altura hasta la clave de 8 metros y hasta el adarve de 9 metros. Atravesando la puerta, encontraremos a la derecha unas escaleras que nos permiten subir a la Muralla.
Puerta Falsa
Esta es una de las antiguas puertas romanas de la Muralla, aunque muy modificada. Responde al tipo de puertas que los romanos llamaban posterulae, de uso exclusivamente militar, que se abrían asimétricamente en el lienzo existente entre dos torres. La salida era una trinchera excavada en el terreno. Cerrada seguramente durante la Edad Media, se abrió en el siglo XVII al instalarse en la actual plaza de Ferrol el Hospital de San Bertomeu, antes situado en la plaza Mayor. Por esta puerta entraban y salían los correos (durante muchos años fue la más próxima al camino de A Coruña, sede de la Capitanía General y de la Audiencia).
Ya en el siglo XX se cierra al tráfico y se dota de un acceso con escaleras. Situada en una ladera, el ancho es de 3,45 metros, el alto hasta la clave es de 5,65 metros y hasta el adarve, de 11,50 metros. Atravesando la puerta, a la izquierda encontraremos unas escaleras que nos permiten subir a la Muralla.
Puerta de San Fernando
La actualmente denominada Puerta de San Fernando fue la primera de las puertas modernas. Se abrió en 1854 en el lugar donde estaba el llamado «boquete», por donde entraba en la ciudad el acueducto de origen romano. Puerta de San Fernando En 1858, con motivo de la visita de Isabel II y sus hijos, se le dio el nombre de Puerta del Príncipe Alfonso, en honor del futuro Alfonso XII, que era por aquel entonces un niño de apenas un año de edad. En 1962 se reforma, debido a toda la población que se instala en el norte de la ciudad y la dificultad del tráfico, y se decide ensanchar la puerta. De paso, se aprovechó su construcción para derribar los edificios arrimados a la Muralla en su parte exterior, que serían eliminados totalmente catorce años después.
En la actualidad, un monolito al lado de esta puerta recuerda otra visita real, la que hicieron en 1976 los Reyes de España, Juan Carlos I y Sofía. Atravesando la puerta y mirando al centro de la ciudad, se puede ver la igresia de San Froilán, patrón de Lugo.
Porta Nova
Existente en época romana, era la salida de la ciudad hacia Brigantium (Betanzos). Hasta la construcción en 1854 de la Puerta de San Fernando fue la principal vía de comunicación de la parte norte de la ciudad. En la época medieval se rehizo y es mencionada en la documentación del siglo XII como Puerta Nueva. El cuerpo de guardia que albergaba la puerta medieval era semejante al de la Puerta Miñá y, al igual que este, fue utilizado como capilla dedicada la Santa Mariña y a la Virgen de los Remedios. Esta capilla fue eliminada en el año 1785 a petición del párroco de la Iglesia de San Pedro, debido a la continua profanación de los recintos.
La puerta actual data del año 1900, dado que la anterior estaba en estado ruinoso y amenazaba la seguridad de los viandantes. Para la construcción de esta puerta nueva hubo que derribar un cubo de la Muralla. Situada en una ladera, mide 4,60 metros de ancho, la altura hasta la clave es de 8 metros y el alto hasta el adarve mide 8,95 metros. En este punto desde el adarve de la Muralla se contempla una típica estampa de la ciudad con las torres de la Catedral al fondo. Atravesando la puerta, a la derecha encontraremos unas escaleras que nos permiten subir a la Muralla.
Puerta del Obispo Odoario
El hueco se abrió en 1921 con motivo de la colocación de la primera piedra del Hospital de Santa María. El alcalde Ángel López Pérez ordenó dinamitar la Muralla para abrir la puerta, pero lo hizo sin permiso. Cinco vecinos denunciaron el hecho, lo que dio lugar a un contencioso fallado contra el Ayuntamiento. Este hecho provocó que el 16 de abril de ese año el Estado declarara Monumento Nacional a la Muralla de Lugo, con el fin de dotarla de más protección. La nueva puerta se finalizaría finalmente en 1928. Mide 12 metros de ancho, la altura hasta la clave es de 9,10 metros y hasta el adarve, 10 metros.
Puerta Miñá o del Carmen
Es la puerta de origen romano que se conserva con menos modificaciones. Conocida popularmente en la actualidad como Puerta del Carmen por estar ubicada frente a la capilla de este nombre, aparece en la documentación medieval como Miné o Mineana, por ser la salida natural hacia el río Miño, nombre que derivó en el actual de Puerta Miñá.
Siguiendo los cánones de Vitrubio en este tipo de fortificaciones, está formada por un arco de medio punto y bóveda de cañón, y protegida por dos sólidas torres de perpiaños de granito. Conserva en su interior el hueco destinado al cuerpo de guarda, aunque un poco alterado; este hueco se empleó hasta el siglo XIX como capilla.
Sometida a un proceso de consolidación en 1854, se intentó su derribo para sustituirla por otra nueva en 1870, pero la situación económica municipal no permitió realizar la obra. Situada en una vaguada, el aparejo es de perpiaños de loseta y tiene 3,65 metros de ancho. Atravesando la puerta, encontraremos unas escaleras que nos permiten subir a la Muralla. El Camino Primitivo a Santiago deja atrás la ciudad al salir por esta puerta.